INTRODUCCIÓN

A principios del siglo XII Hugo de Payens logró el reconocimiento pontificio (1129)- con la ayuda de San Bernardo y de su "De Laude Novae Militiae" (1130/1136)- de la milicia creada en 1120 por él y sus compañeros: EL TEMPLE para la defensa, originariamente de los peregrinos que viajarían a la recién conquistada Jerusalén.

La Orden recibe su nombre al situarse su cuartel general en el emplazamiento del Templo de Salomón en Jerusalén. Con el paso del tiempo la Orden se difundió no sólo por Tierra Santa sino por toda Europa.

La Orden del Temple llegó a adquirir grandes riquezas y poder. En la segunda mitad del siglo XII los templarios habían perdido muchas simpatias por esa creciente riqueza, por falta de modestía, por la intromisión en asuntos políticos y la pérdida de objetivos, pues en 1291 se habían perdido las últimas posesiones latinas en Tierra Santa : Acre.

La piedra de toque para su disolusión (1308) fue el interés del monarca francés, Felipe el Hermoso, que les acusó de herejía y prácticas demoníacas. El Papa Clemente V la declaró abolida en 1310.

La versión clásica apunta a que el interés para su desaparición era económico aunque actualmente también se observan motivos más míticos como su relación con el mito del Grial y María Magdalena.